“Y yo te digo, Eh! Bancate ese defecto, aunque te arregles las gomas nena, seguirás siendo rara.” Seguramente cuando Charly García escribió Bancate ese defecto (1983) no se imaginaba que, con el paso de los años, se multiplicarían los casos de “nenas” que se sometan a cirugías estéticas para no sentirse raras. Cada año crece el número de adolescentes que visita a cirujanos plásticos y, simultáneamente, decrece la edad de las pacientes. El ranking de consultas de adolescentes, entre 15 y 18 años, va desde la corrección de nariz; la lipoaspiración de rodillas, muslos, panza y caderas, hasta la cirugía estética de mamas, tanto para agrandar como para achicar el busto. Muchos médicos les explican a las pacientes, que no es aconsejable realizar dichas intervenciones a tan prematura edad, ya que el cuerpo no está totalmente desarrollado y puede traerles graves complicaciones a futuro. Sin embargo, nunca faltan las que se niegan a tomar estos consejos y parten en busca de otros profesionales, menos escrupulosos, que se arriesguen a operarlas. "Así como en los sectores sociales más altos algunos padres les regalan a sus hijas, para los 15 años un viaje a Orlando, otros les pagan un implante mamario", dice el doctor Fernando Mariona, director técnico de The Professional's Company, una aseguradora especializada en responsabilidad médica. La pregunta es, qué lleva a una chica de 15 años a someterse a una cirugía estética, ¿sentirse bien consigo misma?, ¿alcanzar los cánones de belleza que la sociedad les impone?. En la televisión, los programas más vistos centran las miradas, de hombres y mujeres, en colas perfectas y bustos exagerados. Así forman el ideal de mujer para miles de adolescentes, que todavía están en plena etapa de crecimiento y son demasiado susceptibles a este tipo de influencias. Pero en realidad, ¿existe el cuerpo perfecto?. Hay muchos casos de hombres y mujeres que creyeron que sí, y se han vuelto “adictos” a las operaciones, intentando alcanzar esa supuesta perfección. Estas personas padecen lo que en psiquiatría se denomina Trastorno Dismórfico Corporal, el más mínimo defecto genera en ellos un fuerte dolor emocional y los obsesiona. Pero no todo es snobismo y perfección. En 2007, Nike, una de las empresas de indumentaria deportiva líder del mercado, lanzó una campaña muy particular para su línea Nike Woman. En el spot publicitario la protagonista, que estaba a punto de someterse a una cirugía estética, salía del quirófano cantando y bailando a viva voz, “Yo no me quiero emplasticar, no quiero el trasero de otra, quiero el mío tal cual... Suda el jamón que así te pones bombón”. Aunque la publicidad apunte a los objetivos comerciales de la compañía –fomentar la actividad física en lugar de las cirugías plásticas- la idea es positiva en comparación a las que solemos recibir de los medios de comunicación. Además refleja una visión alternativa, que también es fuerte aunque no sea la más popular. Carolina Campos, de 16 años, adhiere a esta postura y afirma: "No me haría nunca una cirugía estética. No la siento necesaria para verme y sentirme bien. Me parece perfecto preocuparse por el cuerpo, la salud y el bienestar, pero sin llegar al extremo de una operación. Creo que cuando hay tanta ansiedad, el origen está en la inseguridad personal." Definitivamente, el cuerpo perfecto no existe. La clave está en aprender a aceptarlo tal cual es, con sus virtudes y defectos. No hay que olvidar que es “el templo del alma”, por eso el bienestar y la belleza real, nunca dependerán del aspecto físico, sino de cosas mucho más profundas e imposibles de transformar con un bisturí.
En busca del cuerpo perfecto
sábado, 12 de julio de 2008Publicado por JUANA, la loca en 19:37
Etiquetas: Filosofía barata y zapatos de goma, Juana la LOCA, tea
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